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Barós

Pequeña localidad próxima a Jaca emplazada en un llano al pie de la cara septentrional de Peña Oroel, a 933 metros de altitud, desde la que se obtiene una amplia panorámica del Campo de Jaca.

Formó parte del municipio de Ulle junto con Ipas y Guasa, que figuró como cabecera desde 1887. En 1966 Guasa se distribuyó entre Jaca y Sabiñánigo y Barós pasó a Jaca. El fogaje que Fernando el Católico ordenó en 1495 daba a Baros 7 fuegos. En 1857 tenía 91 habitantes y 308 en 1900. Contaba con 36 en 2004.

HISTORIA

Aunque su topónimo puede tener un origen prerromano, su existencia no está constatada documentalmente hasta el año 1062 en que se cita a Scemeno monako de Barosse (Jimeno, monje de Barós) como testigo del conde Sancho Galíndez, fundador de Santa María de Iguácel. Se conocen algunos nombres de personas procedentes de Barós en los siglos XII y XIII (el senior Sancho Aznárez, García Fortuñones, Domingo, Juan, Toda u Oria) pero, en general, las noticias históricas son escasas. Lugar de señorío eclesiástico, estuvo vinculado a la catedral de Jaca desde fecha temprana, aunque no en 1063 (el documento en que se basaba es espurio) sino en 1084 cuando el rey Sancho Ramírez lo donó a la limosna de la catedral de Jaca. En 1495 era propiedad del deán de la catedral, al que perteneció hasta el siglo XIX.

ARTE

La iglesia parroquial de San Fructuoso es un edificio románico de notable calidad artística de una sola nave y ábside semicircular al exterior –la capilla norte es un añadido del siglo XVI-. Datado a partir de finales del siglo XI, aúna la tradición lombarda (lombardismo), con sus característicos arquillos y lesenas (bandas), y la decoración escultórica de influencia jaquesa (ajedrezado, crismón, etc.). Su originalidad radica especialmente en las ménsulas y placas esculpidas con variados entrelazos y enigmáticas figuras (entre ellas, un abad), unas en la fachada sur y otras sueltas en el interior de la iglesia (que originalmente estaban sobre la portada meridional, entre ellas dos bóvidos y un crismón que reproducen toscamente el tímpano occidental de la catedral de Jaca). También singulares son las cuatro anforillas acústicas empotradas en el ábside para amplificar el sonido (¿de un coro de monjes quizá?), aunque en número demasiado escaso para lograrlo.
Muy próxima se encuentra la ermita de Santiago, típica muestra del sencillo románico rural del siglo XII.

ARQUITECTURA POPULAR

Emplazado en llano y con una moderna urbanización a la entrada, configura su núcleo urbano una larga calle que zigzaguea hasta llegar a la amplia plaza situada frente a la iglesia y el recoleto cementerio. Lo conforma un reducido número de casas: Viscasillas, Lacasa, Lacué, Nicolás, Lena –la más antigua- y casa el Rey, una de las últimas que conservó la chaminera y el fogaril. Los muros son de mampostería, a veces revocada, sobre los que destacan las grandes portadas de piedra en forma adintelada y en arco de medio punto. Casas Lena, Lacué y Nicolás tienen aún el patio (originalmente empedrado con cantos) con escalera al fondo, característico de la casa altoaragonesa, y las dos últimas mantienen los hornos donde antaño cocían el pan los vecinos. Siguen también en pie –y restaurados- las escuelas (hoy centro social), la herrería y su enorme fuelle, y el precioso conjunto de lavadero y pozo con el tradicional tejado de losa.

FIESTAS Y TRADICIONES

Las fiestas mayores tienen lugar el 8 de septiembre en honor de la Natividad de la Virgen y en ellas es típica la “cena del pueblo” y baile en la plaza. El 19 de enero se hace la hoguera y el 21 se celebra al santo patrón, San Fructuoso. Barós participa en las romerías de la Virgen de la Cueva en Peña Oroel y de Santa Orosia, en Yebra de Basa.