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Áscara

Localidad situada en la Canal de Berdún, entre las desembocaduras de los ríos Estarrún y Lubierre, sobre un pequeño altozano de 732 metros de altitud, con amplias vistas del Monte Cúculo y la sierra de San Juan de la Peña.

Formó parte del municipio de Abay desde 1844 pese a ser la localidad más poblada del término y se incorporó al de Jaca en 1963. El fogaje que ordenó en 1495 Fernando el Católico le otorgaba 20 fuegos. En 1857 superaba los 200 habitantes y mantuvo una población de 175 hasta el año 1950 en que comenzó a decrecer. En 2003 contaba con 46 vecinos.

HISTORIA

Las noticias sobre Áscara son muy escasas. La referencia más antigua data del año 1027 y hace alusión a su soto como linde de los términos de la “casa” de San Torcuato (“que van desde el soto de Ascam”), donada por el rey navarro Sancho el Mayor al monasterio de San Juan de la Peña.

Áscara perteneció al monasterio de Santa Cruz de la Serós, pues en 1776 aparece como lugar de dominio monástico de las benedictinas de Jaca. La fecha de su incorporación tuvo que ser posterior al año 1104, fecha en la que el lugar fue agregado al monasterio de San Adrián de Sasave por el obispo Esteban de Jaca.

ARQUITECTURA RELIGIOSA

La iglesia parroquial de Áscara está dedicada a los Santos Reyes, advocación poco habitual. Constituye un mirador excepcional por su ubicación en la parte más alta de la población, sólo afeado por el depósito que hay a su lado. Construida en el siglo XVI, todavía dentro de la tradición gótica, y reformada en época barroca, es de planta rectangular, con torre campanario adosada a su cabecera. En la torre llaman la atención la pequeña ventanita con el dintel labrado en forma de arco conopial gótico y las campanas de bronce. El acceso al templo se realiza a través de un porche con bello pavimento de cantos rodados dispuestos en círculos concéntricos. En el interior se conservan algunos retablos de los siglos XVI, XVII y XVIII, de los que destaca el retablo mayor, con escena central de la Adoración de los Reyes.

ARQUITECTURA POPULAR

Áscara constituye un caserío compacto cuyo eje principal, la calle Mayor, se quiebra en ángulo recto para ascender suavemente por la ladera hasta la iglesia. Son típicos los pasadizos abiertos en la parte baja de las casas, con forjados de madera que soportan la zona de habitación superior. Se conservan algunas magníficas casonas de piedra con pajar anexo, como Casa Curamuerto (calle Mayor), típico ejemplo de vivienda infanzona de los siglos XVI y XVII. Una vivienda fortificada más antigua puede identificarse en Casa Herrero (1884), decorada con elementos de forja de calidad. En Áscara ha perdurado el uso antiguo de enfoscar y encalar los muros de las casas dejando sólo la piedra vista en puertas, ventanas y esquinazos. Los nombres de algunas son: Damián, Urbano, Chaime, Chuan, Vicién o Morchón, y la ya desaparecida casa Ambrosio. El horno comunal, de 1927, se ha rehabilitado y está en uso.

FIESTAS Y TRADICIONES

Las fiestas mayores se celebran el día de Reyes, pero es la fiesta pequeña, el 13 de agosto, día de San Hipólito, la que cuenta con más popularidad. Participa además en las romerías de la Virgen de la Peña (el sábado más próximo al 15 de mayo), de Santa Orosia en Jaca (25 de junio) y de San Indalecio en San Juan de la Peña (un domingo de la primera quincena de junio).

Algo más que una tradición fue bajar a la “Fuente el Baño” a beber de sus aguas sulfurosas, que fueron especialmente apreciadas en el pasado por sus propiedades medicinales beneficiosas para las enfermedades del riñón.