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Visita a las iglesias de Santa María de Iguácel y San Adrián de Sasabe

Visita a las iglesias de Santa María de Iguácel y San Adrián de Sasabe

Fecha: 14-08-2024

Hoy, la presidenta de la Comarca de la Jacetania, Olvido Moratinos, ha visitado dos de los monumentos históricos más emblemáticos de la comarca: la Iglesia de Santa María de Iguácel y la Iglesia de San Adrián de Sasabe.


Durante la visita, Moratinos ha puesto de relieve la importancia del convenio firmado entre la Comarca de la Jacetania y la Asociación Sancho Ramírez de Jaca, que ha colaborado con la apertura al público de la Iglesia de Santa María de Iguácel durante los meses de julio y agosto, y es de las pocas de acceso para personas de movilidad reducida, denominada por el Gobierno de Aragón, como “Ruta Interpretativa Accesible”

Santa María de Iguácel: un tesoro románico de la Jacetania

Situada en el Valle de la Garcipollera, la Iglesia de Santa María de Iguácel se erige como un símbolo del arte románico aragonés. Su construcción se remonta a entre 1040 y 1050, bajo las órdenes del Señor Galindo y el mecenazgo de Doña Urraca y el Conde Sancho, ayo del rey Sancho Ramírez. A lo largo de los siglos, esta iglesia fue lugar de peregrinación y albergó un monasterio benedictino, convirtiéndose en una de las primeras iglesias aragonesas con cabecera semicircular, un estilo que luego se expandiría por toda la Jacetania.

Además de su valor arquitectónico, Santa María de Iguácel contiene importantes obras pictóricas y escultóricas que la hacen un referente del patrimonio cultural de la comarca. El convenio firmado entre la Comarca y la Asociación Sancho Ramírez, ayuda a que este monumento permanezca abierto diariamente durante julio y agosto, permitiendo que más personas puedan disfrutar de su belleza y legado histórico.

"La apertura de Santa María de Iguácel para todos los públicos, incluyendo a personas con movilidad reducida, es un gran avance en la preservación y difusión de nuestro patrimonio", destacó Moratinos. "Este convenio refleja nuestro compromiso con la accesibilidad y la puesta en valor de los tesoros culturales de la Jacetania."

San Adrián de Sasabe: historia, espiritualidad y leyenda

Del mismo modo, la Comarca de la Jacetania, ha firmado un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Borau, para la apertura durante el mes de agosto de la Iglesia de San Adrián de Sasabe, un antiguo monasterio visigótico ubicado en un entorno natural único, rodeado por los barrancos de Cáncil y Lupán.

Construida en el siglo X, San Adrián de Sasabe fue uno de los monasterios más influyentes de la Alta Edad Media. Aunque en la actualidad solo queda en pie la iglesia, su historia sigue fascinando por las leyendas y teorías que la rodean. Entre ellas, destaca la del Padre Ramón de Huesca, quien en el siglo XIX afirmaba que este cenobio fue refugio de los obispos de Huesca tras la invasión árabe, llevándose con ellos el Santo Grial. Esta leyenda ha dado a San Adrián de Sasabe un lugar especial en la cristiandad, ya que se cree que fue sede episcopal en Aragón hasta la creación de la diócesis de Jaca en 1077.

La estructura de la iglesia muestra una sola nave rectangular con un ábside semicircular cubierto por una bóveda de cuarto de esfera. Aunque su interior es sobrio, en el exterior se aprecian detalles románicos típicos de la región, como el ajedrezado que enmarca la puerta sur y las influencias del arte jaqués en su portada occidental, similares a las de Santa María de Iguácel.

"La apertura de San Adrián de Sasabe nos permite conectar con una parte esencial de nuestra historia medieval, una historia marcada por la espiritualidad y el misterio", señaló Moratinos. "Es nuestro deber seguir protegiendo y promoviendo estos enclaves históricos, que forman parte del alma de la Jacetania."

Compromiso con el patrimonio y la accesibilidad

Ambas iniciativas, impulsadas por los convenios firmados con la Asociación Sancho Ramírez y el Ayuntamiento de Borau, reflejan el firme compromiso de la Comarca de la Jacetania con la conservación de su rico patrimonio histórico y la mejora de la accesibilidad a estos espacios. Gracias a estos esfuerzos, monumentos como Santa María de Iguácel y San Adrián de Sasabe están al alcance de todos, permitiendo que las generaciones actuales y futuras disfruten y aprendan de estos lugares cargados de historia.